lunes, 21 de octubre de 2013

Hojas de taller



Aprovechamos la semana institucional de octubre, esa semana en la que los estudiantes salen a vacaciones, para reunirnos con los profes de algunas de las instituciones educativas de Girardota.
El objetivo: socializar el proyecto Literardota y Otras Letras con una de las partes fundamentales de la comunidad educativa: los docentes. Además, no dejamos pasar la oportunidad para hablar sobre cultura, aprendizaje de la lecto-escritura y otros temas de interés.
En esta nueva entrada de nuestro blog compartimos con ustedes  algunos de los textos que escribieron los profes de la Institución Educativa Atanasio Girardot en una actividad que les propusimos. A partir de la lectura de un texto llamado La sustancia oculta de los cuentos, de la escritora Yolanda Reyes, les preguntamos a los profes cuál era la historia escuchada o leída en la infancia que más recordaban.
Esto fue lo que nos contaron:



CUENTO DE TERROR

En las tardes, todos sentados en el suelo alrededor de una mesa y mi abuelo en un taburete, nadie pronunciaba palabra, escuchábamos los cuentos de terror que pasaban en la radio. Nuestra imaginación volaba a esos lugares, imaginábamos el rostro de los personajes y sus lamentos.
Luego, en las noches oscuras de lluvia, creíamos escuchar esos lamentos y sonidos que habíamos escuchado en la radio, y llamábamos a nuestra madre.

Sara Rosa Osorio Rodríguez
Docente de la I.E. Atanasio Girardot en la vereda Juan Cojo, Sede Olaya Herrera



EN FAMILIA

Entonces evoco el rostro de mi madre que resplandecía de mil colores, bajo la luz de una lámpara que alumbraba a base de petróleo, lo que permitía estos brillos mientras nos narraba a sus ocho hijos historias que acontecían en su niñez. Y mientras ella iba transmitiendo sus sentimientos, nosotros y mi padre la escuchábamos y nos adentrábamos en esos hechos. Mi espíritu se llenaba de esas historias, hasta tal punto que  dejaba de ser yo misma y me transportaba a otros mundos, donde el duende asustaba a los niños desobedientes, donde comulgar sin preparación era someterse a fuerzas extrañas, donde el que obraba bien tenía paz y alegría. Así transcurrió mi niñez, llena de inquietudes pero esperanzada en escuchar nuevas historias. Era mi madre, y todavía es, inspiradora de otros mundos, mundos en los que he ido aprendiendo a descubrir que la vida simplemente es disfrutar lo aprendido y buscar constantemente caminos que van más allá de lo que los humanos podemos imaginar.

María Silvia Manco
Docente de la I.E. Atanasio Girardot en la vereda Juan Cojo, Sede Olaya Herrera



LA SUSTANCIA OCULTA DE LOS CUENTOS (El hilo de los cuentos)

Todos los cuentos tienen un hilo, un idioma secreto sobre la vida y la muerte.
Bajo el misterio de la vida y el sueño me sorprendió el mundo.
El siguiente es el relato de la Barbacoa:
Por una loma aparecía un cúmulo de caballos rabiosos, y en medio de semejante cabalgata solía cabalgar un hombre sombrerón, fumando tabaco. Su sombrero era tan grande que sobresalía entre tantos.
Dos hombres se habían peleado hacía tiempo. El uno esperaba al otro, más malo y agresivo, en una travesía. El que estaba esperando era bueno y esperaba al otro alumbrándolo para que no le hiciera nada mientras llegaba a la molienda.
De lejos veía a su enemigo acercándose en medio de lámparas y luces y ruidos de cabalgadura.
Cuando se acercaron pasaron y no lo vieron. Del miedo que sintió cayó privado. Sólo quedó el olor a azufre por todo el camino. Porque quien iba montado en ese caballo grande era el hombre malo convertido en diablo.

Marina Cañas
Docente en la I.E. Atanasio Girardot



HISTORIA DE MI INFANCIA

De cuando niña recuerdo una infancia muy linda, especialmente en las vacaciones, porque nos reuníamos los primos y los mayores construían pequeñas casas donde jugábamos las tardes enteras.
Al caer la noche, mi papá nos contaba historias de mucho miedo, pero de mucho miedo, como la Llorona o historias sucedidas en el sector. Pero los preferidos eran los cuentos de Cociaca.
La abuela paterna nos contaba que su padre, es decir mi bisabuelo, era escritor aquí en el pueblo de Girardota. Se llamaba Laurencio Sierra y era el que escribía las cartas a todos los enamorados. De esa época no recuerdo un poema, pero se los quedo debiendo porque de verdad quiero publicarlo.

Gloria Cecilia Ruíz

Docente en la I.E. Atanasio Girardot


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