Retrato realizado por Oswaldo Amaya |
PASIÓN DIVINA
Te
preocupa, mozuela, mi dios viril y claro.
Más a mí me preocupa tu dios turbio y
obscuro
que en medio de su pasión sólo permitió
que le hendieran lanza y clavos.
Si las pasiones juntas de nuestros dioses
vivir quieres, posiciona meneando
el orificio deleitoso y con los brazos
en cruz espera el primer dardo.
Poseo un fuerte martillo y un lascivo
punzón de ocho pulgadas de largo.
EL
CULTO ENHIESTO
A
Tiberio
A ningún antiguo dios Sumerio mi culto debo
ni del
Egipto tórrido fueron peregrinos mis pasos.
De la Aqueménide estirpe
jamás adoré el sagrado fuego
ni en solitario cordero deposité mis
pecados.
No hay en mí vestigio de lo impasible de
Shiva
ni el Tao en su exactitud con mi carne
armoniza
y en la Nada de Buda no quise regocijarme.
Del
bravo Culto que en el Próximo Oriente se levanta
no iré como su profeta directo a la
montaña.
Ni a los dioses de Aquiles, ni a los dioses
de Héctor,
(de cuya ancestral prosapia se remiten mis
rasgos)
rogué que me salvaran del mundo y sus
encantos.
Príapo soy, en tres piernas cabalgo sobre
desiertos de pieles…
¡Las Parcas, devorando!
SOBRE CUESTIONES TEOLÓGICAS
Mi criada, buena para el
lecho,
a pesar de su cristiana alma,
cuando a la guerra avanzo
me grita desde la ventana:
“Amo, la Virgen lo acompañe.”
Si no fuera porque en su trasero
se caldea el infierno, no permitiera
yo en su lenguaje el cielo.
“Ilusa -exclamo- no
entiendes,
-mientras hacia lo alto el arma elevo-
si la virgen me acompañara
dejaría de serlo.”
CANCIÓN POPULAR
Cierta vez un libertino
al confesionario entró
y con ritmo presuroso
sus pecados liberó.
El siervo de Dios, tras las
rejillas,
escuchó bestial versión
de orgías, violaciones,
de ella y él, de vos y yo.
Salió el monje de su celda
y a la otra ingresó:
“Tenéis en el cuerpo al diablo
y en el falo la tentación;
poseo aquí una celeste urna,
guardaré la infecta porción,
después de unos minutos,
sana y santa devolución.”
Tras haber dicho esta frase
se volteó el siervo de Dios,
ligera túnica a la espalda,
al libertino miró:
“Hágale, pues, salvaje,
esta es su salvación.”
Portada |
PAISAJE
BUCÓLICO
“¿Por qué de mí te ríes, di?” Pregunté a la paloma.
Ésta,
al volar, me sentenció la respuesta:
“De
nada sirve, Erguido, que entre flores
e
insectos tus versos de Amor compongas.
Moralina, la que tu seso trueca, sin saber escribir
ha
llegado a la esencia; tan sólo ahora, en el río,
la
escuché susurrar los más hermosos versos
surgidos de una humana boca; en el acto
un
joven soldado estratégicamente ubicado
asaltaba su cuerpo, con la lanza ensayaba
sus
técnicas y fuerzas.”
EN
LA PIEL ,
TALLADOS…
En la piel, tallados, los mitos antiguos están.
Nada en
ella es olvido, todo es leyenda.
A DIFERENCIA TUYA
Criticas, Prudencio Casto,
mis Cantos del Amor
Lujurioso.
Que por lo impúdico de mi
vida -dices-,
es por lo cual me han
abandonado los dioses.
No olvides, tórpido, que soy
Príapo y Baco.
Fama y virilidad mías van en
línea ascendente;
y por la de esos versos, delicadeza
suma,
y a diferencia tuya, jamás
me abandonarán las diosas.
ARTE POÉTICA
Para Oléuma
Fusca
Entre muchachas tiernas
siendo casi un niño
leí a Anacreonte. Catulo y
Marcial señalándome
el camino mi juventud
íntegra pervirtieron.
Por gracia de unos cantos
populares del siglo primero
de esta era inculta que
rechaza el cuerpo,
conocí en pleno ejercicio el Culto Enhiesto.
Con mi más amada muchacha
recité de memoria
a Amaru, tranquilo. En la
cima de mis facultades
mis versos de Amor compongo
entre flores e insectos.
Los más lascivos y húmedos,
te los diré al oído, en secreto.
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